¿Qué
son las garrapatas?
Las garrapatas son
parásitos externos hematófagos, es decir, se alimentan de la sangre del animal
parasitado de distintas especies animales; siendo parásito de diversas especies
animales.
Se distribuyen por todo
el mundo y es habitual encontrarlas en zonas con abundante vegetación, como parques, jardines, bosques y zonas de paso de
ganado, donde permanecen en estado latente durante meses a la espera de un
hospedador.
Existen en el mundo unas 800
especies de garrapatas, que se dividen en dos grandes grupos: las blandas y las
duras, según la dureza de la cutícula o membrana que reviste su cuerpo, aunque
las más importantes para las mascotas y el ser humano son las duras. En Europa
y en España, auqneu hay varias especies de garrapatas, las más frecuentes son
4: Rhicipicephalus sanguineus, Dermacentor reticulatus, Ixodes ricinos y ixodes
hexagonus.
Para alimentarse, cuentan con
un aparato bucal especial que les permite perforar la piel del hospedador,
adherirse a ella y succionar la sangre. Debido a este mecanismo de fijación, si
una garrapata es arrancada del hospedador de forma incorrecta, el aparato bucal
suele permanecer enterrado en la piel.
Por todas estas características,
las garrapatas
¿Dónde
se localizan?
Las
garrapatas prefieren picar en zonas de piel fina, y presenta mayor
irrigación sanguínea: en las orejas, alrededor de los ojos, entre los dedos
(espacio interdigital), en la nuca, el cuello, entre otros Normalmente no les
produce malestar ni picor a nuestros animales, aunque la herida que producen se
puede infectar, sobre todo si no se ha retirado correctamente la
garrapata y quedan restos de su aparato bucal en el interior de la piel.
¿Cómo
afectan a la salud de mi mascota?
Dada su condición de
artrópodos hematófagos, las garrapatas ocupan un lugar importante como vectores
o transmisores e enfermedades que constituyen una amenaza para la vida de los
animales y el hombre (zoonosis); entre las que destacamos la babesia, la erhlichiosis
y la borreliosis. De hecho son los artrópodos transmisores de enfermedades más
importantes para los animales.
El daño mecánico de la
picadura del parásito, sumado a los efectos de las sustancias irritantes de su
saliva, provoca lesiones inflamatorias de la piel que se manifiestan con
molestia, rascado e intranquilidad.
Si nos encontramos ante
un animal muy parasitado, este puede manifestar debilidad, adelgazamiento
progresivo y anemia (por la pérdida de
sangre)
¿Cómo es el ciclo de vida
de las garrapatas?
La duración del
ciclo de vida de las garrapatas está influida por la capacidad que tienen estos
parásitos de disminuir sus funciones vitales y“quedar en espera”, si las
condiciones ambientales no son favorables.

Una vez que los
huevos eclosionan en el ambiente, nacen las larvas que inmediatamente buscan
subirse a su primer hospedador, un perro, un gato, un roedor o incluso el
hombre, para alimentarse de su sangre. Tras haberse alimentado, la larva se baja del huésped y muda para
convertirse en ninfa que
también comienza a buscar un proveedor de alimento para subirse a él. Del mismo
modo, una vez alimentada, la ninfa se deja caer del animal parasitado
para convertirse, en el suelo, en adulto.
La forma adulta vuelve a subirse a su tercer hospedador, donde se alimenta
nuevamente.
En sólo 5 a 7 días, una garrapata
adulta hembra puede crecer hasta 4 veces de tamaño y aumentar unas 100 veces su peso. Todo esto a
expensas de la sangre de la mascota parasitada. Además de nutrirse encima del
animal, las formas adultas también se aparean allí. Finalmente, la hembra se baja del hospedador para poner los
huevos, reiniciándose un nuevo ciclo.

En condiciones
favorables, el ciclo biológico de la
garrapata se desarrolla en apenas unos dos meses, pero puede
extenderse hasta más de 900 días si el ambiente no
resulta benigno para
la vida del parásito.
Aunque menos frecuente que en los caninos,
las garrapatas también pueden encontrarse en los gatos, en otros animales con pelo e, incluso en los seres humanos.
Las garrapatas están
adaptadas tanto a las temperaturas cálidas como a las frías (incluso más que
las pulgas). No obstante, las estaciones del año con promedios de temperatura más
elevados, como son la primavera y
el verano,
resultan la época donde aumentan considerablemente los casos de esta
parasitosis en los animales de compañía y, por esa razón, desde el inicio de la primavera hasta el otoño deben intensificarse los programas de prevención y control.
Desparasitación:
la clave es prevenir
Existen diferentes tipos
de antiparasitarios externos que
eliminan y repelen las garrapatas. La elección del más adecuado depende de
la especie, la edad, el peso, el modo de vida, la susceptibilidad individual a ser parasitados y
la forma de aplicarlos, pudiéndose combinar en caso necesario.
Se deben de usar todo el año, pero especialmente entre la primavera y el otoño.
Su espectro de acción es variable (pulgas, garrapatas, mosquitos, parásitos
internos) y su duración también (desde un mes hasta 8 meses).
- Pipetas.
- Collares.
- Sprays.
- Champús.
- Inyecciones.
- Comprimidos.
Por lo tanto, para
limitar este riesgo, es prioritario un cuidado correcto y una prevención
efectiva. Las garrapatas se encuentran presentes en el medio ambiente durante
todo el año, por lo que no debemos esperar a visualizarlas en el animal para
efectuar una correcta prevención.
Aunque
podemos encontrarlas durante todo el año, la densidad de población de estos
parásitos se incrementa a partir de la primavera, con el calor y las lluvias,
hasta el inicio del otoño.
RECUERDA: PREVENIR ES MEJOR QUE CURAR